Existe una serie de trastornos comunes que inciden en la salud visual. Estos pueden producir molestias en los ojos y, en los casos más graves, pueden derivar incluso en lesiones irreparables.

Entre los principales trastornos que afectan la salud de los ojos, los expertos consideran a:

– Viento, tabaco y contaminación: Se debe tener precaución con el humo del tabaco, productos contaminantes y la exposición al viento. Este tipo de ambientes puede generar sequedad ocular u ojos rojos. Si no se adoptan los cuidados y se usan gotas vasoconstrictoras sin supervisión médica, pueden surgir daños visuales irreversibles y alergias oculares.

– Parpadear con poca frecuencia: Dejar de parpadear, especialmente en ambientes secos. Un espacio con estas características afecta a la salud visual, siendo las mujeres mayores de 55 años las más comprometidas con este problema.

– Usar los lentes de contacto como un elemento estético: Según su función, no deben utilizarse durante la noche y llevar a cabo una limpieza apropiada, También deben ser cambiados cuando corresponda. El abuso en la utilización de los lentes de contacto puede generar lesiones con daños irreversibles. Asimismo, su uso tampoco debe ser compartido, por el riesgo de contraer infecciones.

– Maquillaje de origen dudoso: La mayor parte de los productos pasan por minuciosos controles, para prevenir reacciones alérgicas y suprimir impurezas. No obstante, los viajes o compras por Internet brindan la posibilidad de conseguir algunos de fabricación artesanal. Estos pueden tener microorganismos nocivos, ya que no pasan por los controles sanitarios necesarios. De la misma forma que los lentes de contacto, el maquillaje no debe compartirse.

– Abuso de pantallas digitales: Ya sean computadores, teléfonos móviles o tablets, es imprescindible realizar pausas en su uso (por ejemplo, los expertos aconsejan descansar 5 minutos cada media hora). El parpadeo constante y enfocar objetos lejanos cada cierto tiempo también son medidas necesarias.

– Descuido de protección solar: La utilización de gafas para el sol ayuda a prevenir las llamadas conjuntivitis actínicas por una exposición prolongada a condiciones de extrema luminosidad o de nieve, que derivan en fotofobia, dolor e incapacidad de abrir los párpados. Las consecuencias más graves son las lesiones al mirar eclipses sin protección, que implican daños en la retina.

 

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