La miopía es un problema común de salud visual en todo el mundo. Sus niveles más bajos pueden corregirse a través de anteojos, lentes de contacto o cirugía refractiva. No obstante, la miopía alta esta vinculada a la probabilidad de desarrollar afecciones que generan pérdida de vista como la maculopatía miope, desprendimiento de retina, glaucoma y cataratas. Ante esta habitual afección visual, un estudio vincula la miopía en adultos jóvenes a la exposición solar.

La expansión de la miopía se está incrementando en distintas partes del mundo, especialmente en el este y sudeste asiático. Este aumento se vincula a la creciente urbanización de estas poblaciones. En este sentido, la disminución de tiempo al aire libre podría ser un motivo de esta alza: un análisis detalló que una reducción de un 2% en las horas semanales al aire libre.

Unas imágenes de autofluorescencia conjuntival ultravioleta son un método objetivo para la evaluación de la exposición visual a la luz solar, que se asocia directamente con el tiempo al aire libre. El daño solar pre clínico de la conjuntiva genera fluorescencia con la luz ultravioleta, fenómeno que puede analizarse y cuantificarse a través de imágenes.

Usando esta técnica, se pudo comprobar una relación inversa entre autofluorescencia conjuntival ultravioleta y miopía en un segmento de la población de Norfolk Island, territorio australiano, aunque el tamaño de la muestra fue reducido y distintas variables eran confusas.

Sin embargo, como conclusión de estos estudios, el grupo de población adulta joven arrojaba errores refractivos que eran inversamente proporcional a la exposición visual a la luz del sol, medida de manera objetiva. Es decir, entre menos exposición solar, mayor índice de miopía. Esta situación demuestra nuevamente el vínculo inverso entre actividades al aire libre y esta afección.

 

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