Durante el verano, los especialistas explican sobre el cuidado de la piel para evitar quemaduras, cáncer o envejecimiento prematuro. No obstante, los ojos también requieren de una gran consideración, ya que la radiación ultravioleta puede causar anomalías en la salud visual.

Al no contar con protección en la vista, especialmente al estar al aire libre, hay más riesgo de tener problemas como conjuntivitis y queratitis actínicas. Así, los ojos rojos, dolor, lagrimeo constante y fotofobia son las manifestaciones más habituales de estas patologías.

Aunque estos síntomas suelen ser temporales, el daño por la radiación UV puede ser inmediato o surgir a largo plazo debido a exposiciones repetidas al sol.

Las enfermedades oculares se incrementan alrededor de un 20% en los meses de verano, ya que la radiación ultravioleta aumenta de manera notoria. También es frecuente que hayan más inconvenientes por el contacto con la sal de mar, la arena de la playa y el cloro de las piscinas.

La baja humedad y el calor incrementan la evaporación de lágrimas y, por ende, los ojos se resecan. Lo mismo provoca el aire acondicionado, que puede fomentar la visión borrosa, ardor, la sensibilidad a la luz y sensación de arenilla en el ojo.

Prevenir enfermedades visuales en verano

Para evitar estas afecciones, se debe tener un buen mantenimiento de las piscinas para evitar bacterias y hongos, así como usar lentes para el agua.

Por su parte, los anteojos de sol a utilizar deben tener filtro UV, por lo que es importante adquirirlos en el comercio autorizado. En relación a esto, unos anteojos muy oscuros no aseguran una mayor protección, ya que quizás no poseen un buen filtro. Esto deriva en que la pupila se dilata más e ingresa mayor cantidad de radiación al ojo.

En tanto, se aconseja evitar el uso de lentes de sol en los menores de seis años, ya que la visión se estimula a corta edad y un anteojo oscuro limita la cantidad de estímulos que entran. Esto puede causar una ambliopía. Para los niños se sugiere utilizar gorros o viseras, que también son útiles en otras edades.

Por último, es necesario mencionar que un error habitual es la utilización de protector solar cerca de los ojos. Con el calor, este producto comienza a derretirse, promoviendo el riesgo de infecciones y molestias.

Fuente: nacion.com

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *