La exoftalmia, también reconocida como la enfermedad de “los ojos saltones”, es una clase de hipertiroidismo, el que tiene como causa una alteración autoinmine denominada enfermedad de Graves.

Quienes la padecen tienen estas llamativas desfiguraciones oculares de ojos sobresalientes. En cuanto a los síntomas, están la de sentir “arenilla” en los ojos, molestias ante la luz, enrojecimiento e hinchazón de los párpados, pudiendo también sufrir dolor intenso y pérdida de la vista. También hay pacientes que llegan a tener visión doble.

Causas de la exoftalmia

Las causas de esta patología son inciertas. Se conoce que es una enfermedad de carácter autoinmune, y que en su surgimiento están asociados factores de crecimiento y linfotoxinas, que derivan en que unas células llamadas fibroblastos produzcan en exceso unas sustancias denominadas glucosaminoglicanos, la que se acumulan en los músculos adyacentes al ojo y en la grasa que existe detrás de este.

Los glucosaminoglicanos poseen una considerable capacidad para retener agua, generando la edematización o incremento del tamaño de estos músculos oculares y del tejido que existe dentro de la órbita.

La órbita, al ser ósea, no puede expandirse, por lo que no puede contener las estructuras oculares aumentadas de tamaño. Esto provoca que el ojo sobresalga de su lugar y que la córnea se exponga a agentes externos que la irritan, así como causa una dificultad en el retorno venoso. Esto hace que el ojo enrojezca.

Diagnóstico

La exoftalmia se diagnostica detectando si hay una afectación corneal o queratitis, llevando a cabo una Tomografía Axial Computerizada (TAC o Scanner) o Resonancia Magnética de la órbita, para saber el grado de aumento de los músculos extraoculares y de la grasa retroorbitaria.

Por lo general, la enfermedad se trata con corticoides y otros fármacos. No obstante, algunos pacientes deben ser operados.

Fuente: cambio21

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