El ojo humano es mucho más perfecto que una cámara fotográfica, y los procesos que sigue para crear una imagen son distintos a los de estos artefactos. No obstante, ambos tienen similitudes.

Primero, se debe considerar cómo el ojo genera la imagen en nuestro cerebro. De manera básica, se podría decir que los rayos de luces atraviesan la pupila, para cruzar por el cristalino, llegan a la retina y, por último, se mandan las señales eléctricas al cerebro.

En tanto, en una cámara de fotos, la luz debe pasar por el diafragma, para después traspasar todos los cristales que compongan el lente, hasta llegar el CCD -donde se forma la imagen- el que enviará la información al procesador.

Al hacer la comparación, el ojo y la cámara cuentan con un proceso muy similar. O sea, muchos componentes de la cámara funcionan de manera bastante parecida a como lo hacen las partes de la anatomía del ojo.

Por su parte, en relación al enfoque, los lentes humanos como lo de las cámaras enfocan una imagen invertida sobre la superficie sensible a la luz. En cuanto al caso de la cámara, es enfocada en la película o dispositivo sensible. En los ojos, la superficie fotosensible correspondería a la retina.

Por último, en el control de la luz, tanto el ojo como la cámara pueden controlar la cantidad de luz que ingresa. En la cámara, esto se lleva a cabo a través de la apertura del obturador. En tanto, en el globo ocular este proceso se realiza con la apertura de la pupila.

Sin embargo, toda esta explicación se reduce el funcionamiento del órgano visual humano, ya que las capas del globo ocular son mucho más complejas de lo que parecen.

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