El uso diario de las nuevas tecnologías –móviles, ordenadores, tabletas o ‘ebooks’– está provocando un aumento en el número de jóvenes con problemas visuales. De hecho, se prevé que en el año 2020 el 33 por ciento de los adolescentes tendrán miopía como consecuencia de la utilización inadecuada de estos aparatos.

En el desarrollo de problemas visuales no sólo intervienen factores hereditarios, sino que una serie de factores ambientales juegan un importante papel en la aparición, entre otras, de la miopía: la lectura, la falta de exposición al aire libre y el uso de las nuevas tecnologías.

El uso de móviles, tabletas, ordenadores o libros electrónicos genera síndrome de fatiga visual, ya que se enfoca directamente sobre una fuente de luz. Además, el uso del mecanismo de acomodación de los ojos que permite enfocar de cerca en este tipo de pantallas provoca un aumento en la capacidad de convergencia, dando lugar a falsas miopías”, explica Isabel Sánchez, vocal de optometría pediátrica del Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas de España.

Síntomas y consecuencias
Los principales síntomas que suelen aparecer por este uso indebido son cansancio, ardor de ojos, sequedad, picor o parpadeo constante. Además, la visión se vuelve borrosa, tanto de lejos como de cerca, hay dolor de espalda, de cuello, de cabeza e, incluso, se pueden producir cuadros de ansiedad.

En este sentido, la experta ha alertado de que la sociedad no está realmente conciente de que estos síntomas llevan aparejados la presencia de alteraciones visuales, por lo que ha destacado la necesidad de que aumenten las campañas de prevención y de que los padres observen a su hijos con el fin de evitar estos problemas.

El uso excesivo de estos aparatos hace que pacientes que no son miopes se hagan miopes y que pacientes que tenían miopía les aumente más de lo debido. Por ello, es necesario que haya una mayor concienciación porque, además, estos problemas visuales afectan también al rendimiento escolar de los pequeños”, ha recalcado Sánchez.

Recomendaciones
Para evitarlo, Sánchez recomienda modular el tiempo que los niños pasan delante de estos dispositivos, que lo hagan siempre con buena luz y fomentar que pasen más tiempo al aire libre.Según un estudio de la Universidad de Cambridge, por cada hora a la semana que un niño pasa al aire libre se reduce un 2% el riesgo de desarrollar miopía.

Asimismo, la también vicedecana de la Facultad de Óptica-Optometrista de la Universidad Complutense de Madrid ha recomendado parpadear habitualmente para evitar la aparición del ojo seco; usar lentes de contacto con una permeabilidad alta y utilizar gafas que lleven un “buen” filtro antireflejante”.

Estas son normas que nos pueden ayudar a disminuir un poco todas estas consecuencias. No obstante, en cualquier caso, lo fundamental es modular el tiempo que se utilizan estos dispositivos y, también, descansar cinco minutos por cada hora de trabajo”, ha zanjado.

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