Una investigación explica cómo un mismo sonido puede significar diferentes cosas dependiendo del contexto visual. La clave está en que lo que se ve cambia la actividad cerebral del córtex auditivo.

El sonido de la bocina de un auto puede ser rutinario si se oye desde el interior de la casa, pero nos puede hacer pasar el susto de la vida si lo oímos cuando estamos cruzando la calle. Según el estudio presentado en la prestigiosa revista científica «Nature Neuroscience», esto ocurre porque nuestro cerebro interpreta los sonidos usando pistas procedentes de otros sentidos.

Gracias a una investigación realizada en ratones, científicos de la Universidad de Nueva York han descubierto la directa relación entre las células nerviosas de la audición con otras neuronas implicadas en captar el contexto. Esto ocurre solo cuando el cerebro responde a sonidos familiares.

“Lo que el cerebro oye depende de lo que ve cuando se producen sonidos específicos”, explica Robert Froemke, investigador de la Universidad de Nueva York. Gracias a esto el cerebro puede calcular automáticamente cómo debe responder.

Según ha concluido esta investigación, las células del córtex auditivo de los mamíferos (donde se procesa la información procedente de los oídos) son activadas o desactivadas por otras células nerviosas encargadas de detectar el contexto.

“El estudio muestra cómo el mismo sonido puede tener diferentes significados en nuestros cerebros dependiendo del contexto”, ha dicho Froemke. “Sabemos, por ejemplo, que la gente responde sin alarmarse al sonido de una bocina de auto cuando lo oye desde el interior de la casa, pero que si la oye cruzando una calle concurrida se asusta”.

Si las próximas investigaciones muestran niveles similares no solo en ratones, sino también en el cerebro humano, podría servir para mejorar terapias: por ejemplo, de personas con demencia que recuerdan eventos cuando oyen voces familiares o ven caras de amigos.

“Si podemos saber cómo interaccionan algunas células nerviosas y la actividad cerebral en función de la percepción del contexto, podemos investigar rutas específicas tanto inhibitorias como excitatorias para cambiar e influir comportamientos” concluye Froemke. Así, quizás se podría cortar de raíz la ansiedad asociada a sonidos, o en caso contrario, favorecer los recuerdos.

 

Fuente:xa0www.abc.es

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