A veces tenemos la costumbre de refregarnos los ojos muy seguido, ya sea por alguna molestia física, por motivos de cansancio o simple aburrimiento. Una de las cosas que ocurren generalmente cuando hacemos esto es que vemos unos filamentos en nuestros ojos, que parecen recorrer el campo visual como pequeños gusanos. Sin embargo, no lo son. Se trata de Miodesopsias.

Las miodesopsias sirven como mecanismo de defensa defectuoso de nuestra vista ¿Por qué defectuoso? Porque estos provienen del fluido vítreo, la sustancia que recubre el globo ocular. Frente a un movimiento brusco o violento, esta superficie tiende a resquebrajarse y, como una masa de agua afectada por un cambio geológico, empieza a actuar fuera de lo común.

Aunque estas líneas parecen más bien producto de la masa gelatinosa resquebrajándose, en realidad son todo lo contrario: los filamentos aparecen cuando el fluido se hace demasiado líquido y, gracias a la consistencia gelatinosa, se empieza a aglutinar en cadenas, formando pequeñas montañas espesas sobre el ojo.

¿Cómo nos deshacemos de las miodesopsias? Según los expertos en el área, lo más eficaz es mirar hacia direcciones opuestas en intervalos lentos, ya que las miodepsias se forman por el movimiento brusco, y un proceso relajado de observación de un objeto en particular permitirá que el fluido vítreo vuelva a su estado neutro.

Las miodesopsias nos acompañan a lo largo de la vida, pero tienden a aparecer más frecuentemente a medida que envejecemos. Es importante destacar que hay muchos casos de filamentos que no parecen retirarse jamás. Estos casos se diferencian ya que no provienen del fluido vítreo, sino de la bursa premacular, y no pueden ser tratados por los médicos ya que los filamentos son muy pequeños y, para colmo, tienden a aparecer en personas mayores de edad.

 

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