Existe una serie de mitos ampliamente extendidos en la creencia popular sobre la miopía que son importantes aclarar. Entre estos, tenemos:

La miopía se genera al forzar los ojos, por lo que al trabajar con el computador, leer con mala iluminación o concentrar la vista en una actividad como la costura fomentamos esta patología. Sin embargo, los científicos no han llegado a respuestas concluyentes sobre este hecho.

La miopía retrasa la vista cansada. Un miope tiene presbicia, generalmente denominada como vista cansada, tanto o más que una persona que ve correctamente a lo largo de su vida. La única diferencia es que el miope ve de mejor manera al sacarse los lentes.

Se tiene que usar menos graduación para no forzar la visión. Esta creencia fue tan extendida, que inclusive algunos profesionales de la salud visual empezaron a creerlo. Poner menos dioptrias a los lentes o lentes de contacto de las que se requiere no tiene ningún argumento. Lo único que se consigue es que el ojo trabaje de sobremanera para poder enfocar.

Los lentes de contacto frenan la miopía. El avance de la miopía continuará con su progreso natural, aunque con lentes de contacto se consigue corregir los problemas visuales en la vida diaria. La última tendencia para “engañar” al globo ocular haciéndole pensar que su forma se ha modificado y que, por ende, se recupera su vista normal se denomina “ortoqueratología”. Esta consiste en una modalidad de lentes que trabajan durante la noche y dan la posibilidad de vivir sin lentes durante el día. Estas deforman la córnea para que, por unas horas, la graduación disminuya y el paciente vea mejor que antes.

La única solución definitiva para la miopía es la cirugía Lasik, una técnica ambulatoria, indolora y segura. Sin embargo, se debe cumplir con una serie de requisitos previos antes de realizarla, los que serán determinados a través de una evaluación.

Fuente: esdiario.com

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