La uveítis consiste en la inflamación de la úvea, una de las capas que conforman el ojo. Este tejido posee diversos vasos, o sea, está bastante irrigado. Por ende, cualquier elemento que circule en la sangre es capaz de llegar hasta aquí. A la vez, la uveítis puede tener distintos orígenes (infeccioso, inmunológico o tumoral) y, en muchas ocasiones, no se halla la causa. A esta última se le denomina uveítis idiopática.
No obstante, ¿qué vínculo tiene inconveniente con los tatuajes? En distintos consultorios argentinos se detectó que muchos casos de uveítis surgían en pacientes con tatuajes.
Los tatuajes tienen pigmento y también algunas sustancias que pueden causar inflamación, como cualquier elemento ajeno al organismo.
El cuerpo produce anticuerpos a elementos que detecta como extraños, generando inflamación. Los pacientes que han tenido uveítis muestran una reacción inflamatoria en el área tatuada de la piel y, al mismo tiempo, inflamación ocular, la que se trató con esteroides como la uveítis autoinmune.
La zona de la piel inflamada se presentó sobrelevada y con algunas molestias que surgieron dentro de los seis meses de haberse hecho el tatuaje. Es decir, esta no es una reacción inmediata.
Sin embargo, antes de decidir un tratamiento, expertos deben determinar si existe una causa infecciosa, ya que el tratamiento se lleva a cabo con cortoides locales y, en algunos casos, de manera oral.
Por ende, es relevante considerar distintos aspectos antes de hacerse un tatuaje. Entre estos, tenemos:
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Conocer el tipo de pigmento y elemento que componen el tatuaje.
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Evitar realizase un tatuaje si se ha sufrido de uveítis con anterioridad.
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Considerar alergias o reacciones a elementos del medio ambientes – como ácaros y el polen-, ya que son más propensas a sufrir reacciones inflamatorias.
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Consultar con un especialista para que realice el diagnóstico pertinente y llevar a cabo el tratamiento apropiado.
Fuente: elsol.com.ar