Científicos descubrieron que los ojos podrían tener influencia en nuestros recuerdos o toma de decisiones. Los globos oculares están en constante movimiento que suceden de forma consciente. Sin embargo, otros de estos ocurren sin darnos cuenta, cuando leemos o estamos durmiendo.

En este sentido, se ha descubierto que parte de los movimientos oculares revelan nuestros pensamientos. Por ejemplo, si dudamos antes de adoptar una decisión, se dilatan las pupilas.

Una investigación de la Universidad de Zurich, en Suiza, demostró que la dilatación de las pupilas está asociada a cierto grado de incertidumbre al momento de tomar una decisión. Si una persona está menos segura de decidir algo o se encuentra alerta, se genera una mayor dilatación pupilar.

Incluso, analizar los movimientos de los ojos puede contribuir a predecir qué número tiene en mente un individuo. El investigador Tobias Loetscher y su equipo registraron los movimientos visuales de 12 voluntarios, a los que enseñaron una lista de 40 números.

movimiento de ojos

A través de este experimento, determinaron que la dirección y alcance del movimiento de los ojos de los participantes predecía si el número que iban a señalar era mayor o menor que el que acababan de ver. Así, la mirada se dirigía hacia arriba a la derecha si se decía un número mayor, y abajo a la izquierda si se expresaba uno menor. Mientras mayor era el movimiento, más grande también era el número.

En 2013, otro estudio -de la Universidad de Lund, Suecia- indicó que los movimientos oculares hacen más fácil recordar hechos. El experimento reclutó a 24 participantes y se les señaló que examinaran, de forma detenida, una serie de objetos puestos en la esquina de una pantalla de computador.

Los participantes debían oír una serie de frases vinculadas a los objetos y señalar si las afirmaciones eran ciertas o no. A algunas personas se les permitía mirar a cualquier sitio de la pantalla, mientras que a otros se les solicitaba mantener la mirada en un punto fijo.

Los científicos establecieron que, quienes podían mover los ojos de manera libre, tenían mejores resultados. Esta clase de movimientos de los ojos pueden suceder de manera inconsciente.

Roger Johansson, uno de los autores de la investigación, afirmó que “cuando alguien ve algo que ya ha visto antes, los ojos se ven atraídos hacia información que ya conoce, incluso aunque no se tenga memoria consciente de ello».

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