Los principales tumores primarios con metástasis ocular son el de mama, en el caso de las mujeres, y el de pulmón, en el de los hombres. En muchos casos, síntomas como pérdida de visión o desprendimiento de retina, llevan al paciente a visitar al oftalmólogo, quien descubre la existencia del tumor primario no diagnosticado, a través de una prueba de fondo de ojo.

Casi el 10% de los tumores ubicados en otras zonas acaban provocando metástasis en el ojo, debido a la elevada vascularización de este órgano, en especial de la mácula y del nervio óptico”, aseguró el Dr. José García-Arumí, especialista en retina del Instituto de Microcirugía Ocular de Barcelona (IMO) y uno de los principales expertos internacionales en oncología oftálmica.

En el caso del cáncer de pulmón, este hecho se produce en el 50% de los pacientes con metástasis ocular, que son diagnosticados de su tumor pulmonar a partir de la exploración oftalmológica”, explica el especialista del IMO.

Por ello, afirma que, pese a que no existan síntomas, ya que muchas veces los tumores son asintomáticos, “toda la población debería hacerse anualmente una exploración rutinaria del fondo del ojo, a partir de los 50 años, cuando es más común que empiecen a aparecer los tumores oculares”.

Ello permitiría diagnosticar no sólo la existencia de un tumor ocular, en caso de haberlo, sino también, en muchos casos, permitiría descubrir la existencia del tumor primario causante de la metástasis en el ojo. “Asimismo, el diagnóstico precoz de un melanoma ocular primario puede evitar el efecto contrario, es decir, la metástasis de las células cancerosas a otro órgano, especialmente al hígado”, advierte el Dr. García-Arumí.

Tratamientos
El tratamiento más habitual para combatir el melanoma ocular es la branquiterapia, que consiste en una placa radioactiva de rutenio o yodo que se sitúa durante unos días en la zona tumoral. Al ser local, evita la radiación externa y minimiza posibles efectos secundarios.

Su efectividad es superior al 90% si se aplica en las primeras fases, ya que existe un alto riesgo de metástasis, básicamente al hígado, cuya mortalidad es del 90%. En algunos casos, la braquiterapia se aplica en combinación con la endorresección, cirugía que consiste en eliminar quirúrgicamente el tumor mediante láser y vitrectomía. En ocasiones, se tiene que provocar un desprendimiento de retina para acceder al tumor y poder tratarlo mediante láser y vitrectomo.

Otro de los últimos avances en el campo del melanoma de coroides, son lasxa0técnicas citogéneticas, que permiten conocer el pronóstico vital del paciente. El responsable del Departamento de Oncología Oftálmica del IMO explica que “a través de una biopsia, se analiza el cromosoma 3, que en todo individuo sano está repetido. Si, en cambio, se observa que el paciente tiene solo uno (monosomía) sabemos que aumenta el riesgo de metástasis. El riesgo también es mayor, si se observa una multiplicación del cromosoma 8 (trisomia)”.

Últimos avances
El especialista del IMO anunció que se dispone “de un nuevo fármaco, el Ipililumab, un compuesto de anticuerpos monoclonales que inhiben el crecimiento de las células cancerosas”. Según el oftalmólogo, el tratamiento se aplica con éxito desde hace algo más de un año para la metástasis del melanoma cutáneo y, desde hace unos meses, “lo estamos aplicando, también con buenos resultados, a la metástasis de melanoma ocular en el hígado”.

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