
En esta época del año tienden a aumentar los casos de conjuntivitis infecciosas y alérgicas, debido a las condiciones climatológicas adversas como el polvo, el viento, el sol, polen, etc.
Por eso es oportuno tratar este tema, para proveer de alguna forma herramientas a nuestros lectores para contrarrestar este mal.
La conjuntivitis es una inflamación que generalmente presenta un aumento de la cantidad de sangre que circula en el ojo, asociada a una acumulación e incremento de líquido. Esta enfermedad puede ser aguda, subaguda y crónica (mayor de dos meses de duración).
Generalmente se presenta por estar en lugares muy contaminados, donde el aire trae gran cantidad de microorganismos patógenos; también por rascarse los ojos con las manos sucias o por mala higiene al usar los lentes de contacto.
“Entre los agentes que con mayor incidencia la provocan, se encuentran los virus, como el herpes simple, que puede incluso llegar a perforar el ojo si no se controla a tiempo”, afirma Groman Share.
La forma aguda, aún cuando son de comienzo súbito y su curso es breve, es relativamente violento, dura unos pocos días, su origen se puede resumir: en bacterianas, virósicas y alérgicas.
Cuándo ir al medico
Una persona debe visitar el oftalmólogo cuando presenta los siguientes signos y síntomas.
- Signos: hiperhemia (aspecto del ojo rojo), lagrimeo y secreciones oculares.
- Síntomas: ardor, fotofobia (molestia a la luz). Picazón, sensación de cuerpo extraño y de sequedad.
La conjuntivitis bacteriana es muy común, que junto con las virósicas representan el 32 por ciento, en frecuencia son benignas y autolimitadas pero en muchos casos es necesaria la valoración del oftalmólogo.
El tratamiento deberá ser realizado por un profesional y consiste básicamente en higiene del párpado con hisopo, aplicar antibióticos usuales en colirios (neomicina, tobramicina, ciprofloxacina, etc.) y ungüentos por la noche.
Fuente: laprensa.com