Muchas personas creen que la protección contra el deslumbramiento del sol es suficiente para lograr una total protección contra los rayos UV. Sin embargo, esto es incorrecto y pone en riesgo nuestra calidad visual.

Lo que define si la lente es o no la adecuada para protegernos de los rayos dañinos es el material de la lente y un revestimiento anti UV que se le aplica al material. Usar lentes inadecuadas implica el mismo riesgo para nuestros ojos que no usarlas, pudiendo padecer así de lesiones en la visión causadas por la exposición solar.

Algunos buenos hábitos pueden ayudarnos a cuidar nuestra visión: usar anteojos de sol que nos protejan correctamente de los rayos UV, tomarse breves períodos de descanso cuando se trabaja frente a un monitor, estar atento al menor signo de fatiga cuando maneja, pero sobre todo, realizar la visita periódica al Oftalmólogo.

Factores de riesgo:

  • La hora: entre las 10AM y las 2PM se concentra el máximo de radiación.
  • La nubosidad: las nubes no nos protegen: dejan pasar el 90% de la radiación ultravioleta. Es un error pensar que podemos prescindir de las gafas de sol un día de verano sólo porque está nublado y la luz molesta menos.
  • El entorno: La radiación e incrementa un 20% en la arena, un 30% en el agua y un 90% en la nieve.
  • La edad: cuidado con los niños, cuyos ojos son especialmente vulnerables al sol. Hasta de los 18 años el cristalino no se ha terminado de formar. Ellos deben usar protección adecuada.

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