La hemorragia subconjuntival, también denominada hiposfagma, es una situación frecuente en los servicios oftalmológicos. El motivo principal de la consulta es una mancha roja en la zona blanca del ojo. xa0La preocupación familiar aumenta si la hemorragia es de un gran tamaño aunque, en la mayoría de los casos, se trata de una situación sin complicaciones.

Dependiendo del tamaño de este “derrame”, puede haber cierto grado de molestia al parpadear. En algunas ocasiones, el paciente no es el primero en darse cuenta de la anomalía, sino que es otra persona. Esto se debe a que la hemorragia es poco sintomática, sin tener influencia en la visión.

La afección se diagnostica a través de una revisión simple por un oftalmólogo. Usualmente, no necesita ninguna exploración complementaria, ya que en la mayor parte de los casos consiste en una patología sin importancia. Sin embargo, hay una excepción en los pacientes que sufren alteraciones de coagulación sanguínea, ya sea por el consumo de medicamentos anticoagulantes o por una enfermedad sistémica.

Causas de la hemorragia subconjuntival

Hay diversas causas que pueden promover la aparición de la hemorragia subconjuntival, entre las que tenemos:

  • Traumatismos en zonas cercanas al ojo que, por efecto de extensión, lo afectan.
  • Inflamaciones locales en la conjuntiva– más conocidas como conjuntivitis– pueden generar hemorragias pequeñas.
  • Traumatismos oculares: este es el motivo más frecuente. En ciertos casos son tan triviales, que el mismo paciente les resta importancia. Por ejemplo, ocurre en situaciones como frotarse los ojos con fuerza desmedida.
  • Hemorragia conjuntival como producto de la menstruación.
  • Ruptura pequeña de una vena producto de una hiperpresión venosa brusca generada por tos convulsiva, estreñimiento intenso, gran esfuerzo físico, vómitos, entre otros.
  • Hipertensión arterial sistémica.
  • Aparición espontánea sin relación a ningún factor conocido.

Tratamiento para la hemorragia subconjuntival

El problema se soluciona de forma natural a través del proceso de reabsorción de la sangre, que demora de 2 a 3 semanas. Esto se debe a que la anomalía consiste enxa0 un hematoma, como los que pueden darse en cualquier otra parte del organismo.

Por ende, generalmente no se requiere ningún tratamiento específico, aunque pueden aplicarse lágrimas artificiales para hidratar al ojo y reducir las molestias al parpadear. Cabe mencionar que solamente un oftalmólogo debe recetar estos fármacos.

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