Aunque el tráfico se reduce cerca de un 60% en la noche, cuatro de cada diez accidentes de tránsito mortales ocurren en este horario. Generalmente, esto se debe a la menor luminosidad, que disminuye el campo de visión y agudeza en un 70%. En este sentido, es de suma importancia que los conductores se realicen chequeos oftalmológicos periódicos.

El 90% de la información percibida al conducir, se obtiene mediante la vista. Por ende, las condiciones visuales son decisivas para un óptimo rendimiento al conducir. Al estar al volante, hay factores oculares determinantes como la agudeza visual, el campo visual, la vista en profundidad, la percepción de los colores y, sobre todo, la adaptación a las modificaciones luminosas y la oscuridad.

Precauciones al volante

Además de las dificultades para conducir de noche, durante el día están los nocivos efectos de la radiación UV, la que genera daños visuales diversos como las cataratas, el pterigión y la degeneración macular. El deslumbramiento y la fatiga visual también incrementan las probabilidades de que se produzcan accidentes vehiculares.

Por estos motivos, se recomienda acudir periódicamente donde un oftalmólogo, más allá de los controles obligatorios para la renovación del permiso de conducir. El especialista detectará potenciales inconvenientes visuales, para luego aplicar un tratamiento adecuado y evitar consecuencias indeseadas al momento de transitar en un vehículo

Asimismo, para lidiar con los peligrosos rayos UV, el oftalmólogo puede recomendar la utilización de lentes de sol. Estas podrían tener graduación, con el fin de obtener una visión óptima.

Los anteojos de sol más apropiados para cuidar la vista en la conducción, según los expertos, son los polarizados, ya que disminuyen el deslumbramiento y simplifican la visión en los días con mucha luminosidad.

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