La marihuana medicinal se promociona como un tratamiento para muchas enfermedades, incluido el glaucoma. ¿Pero funciona de verdad?

El glaucoma es una afección ocular en la cual el nervio óptico se va dañando con el paso del tiempo, reduciendo la visión lateral. En ocasiones, esta afección termina ocasionando la ceguera. Una causa del daño del nervio óptico producido por el glaucoma es una presión superior a la normal en el interior del ojo (presión intraocular o «PIO»).

A pesar de los tratamientos disponibles para reducir la presión ocular, como la medicación en gotas oftálmicas, el tratamiento láser y la cirugía en quirófano, para algunos individuos estos tratamientos no disminuyen suficientemente la presión ocular o provocan efectos secundarios. En estas situaciones, tanto el paciente con glaucoma como el médico buscan terapias alternativas.

Un tratamiento alternativo
Una de las alternativas que frecuentemente se analiza para el tratamiento del glaucoma es fumar marihuana ya que esta práctica efectivamente reduce la presión ocular. Esta idea para tratar el glaucoma se remonta a la década de 1970.

El dato que suele no valorarse es el hecho de que el efecto de la marihuana en la presión ocular tiene una duración de tan solo 3 a 4 horas, lo cual significa que para reducir la presión ocular a toda hora sería necesario fumar marihuana entre 6 y 8 veces por día.

Además, los efectos de alteración del estado de ánimo de la marihuana impiden que el paciente que la use conduzca vehículos, opere maquinaria pesada yxa0xa0funcione con su plena capacidad mental.

Otros problemas
Los cigarrillos de marihuana contienen cientos de compuestos que dañan los pulmones al ser fumados. Las investigaciones han demostrado que el consumo habitual y frecuente de la marihuana, particularmente en dosis elevadas, puede ocasionar problemas en la memoria a corto plazo y la concentración.

Si bien la marihuana efectivamente disminuye la presión ocular, también baja la presión arterial. Una presión arterial más baja podría provocar un suministro reducido de sangre al nervio óptico, lo cual a su vez podría dañarlo. En consecuencia, es posible que, si bien la marihuana efectivamente reduce la presión ocular, se empeore la pérdida de la vista debido al glaucoma.

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