La hipertensión ocular es diferente al glaucoma, una afección en el ojo que a menudo es causada por presión intraocular alta. Sin embargo, los pacientes con hipertensión ocular se consideran «sospechosos de glaucoma«.

El glaucoma es una enfermedad ocular compleja que involucra múltiples factores y presenta características específicas, como daño del nervio óptico y pérdida del campo visual. Si bien el aumento de presión dentro del ojo (llamada presión intraocular o PIO) generalmente está presente, los pacientes con PIO dentro del rango normal también pueden desarrollar glaucoma.

En personas con hipertensión ocular, el nervio óptico parece normal y no se encuentran señales de glaucoma durante un examen del campo visual, el cuál evalúa la visión lateral (periférica). Sin embargo, es recomendable que los pacientes con hipertensión ocular sean evaluados de cerca por un oftalmólogo, para asegurarse de que no se desarrolle un glaucoma.

Factor: Edad

La presión intraocular se eleva lentamente con la edad, de igual manera que el glaucoma se hace más común a medida que se envejece. Puede también ser el resultado de una enfermedad de los ojos.

No existe un nivel específico de presión ocular elevada que indefectiblemente lleve a desarrollar glaucoma; a la inversa, no existe un nivel inferior de PIO que elimine de manera absoluta el riesgo que tiene una persona de presentar glaucoma. Es por ello que el diagnóstico y el tratamiento tempranos del glaucoma son la clave para prevenir la pérdida de la visión.

Medición de la presión ocular

La presión del ojo se mide en milímetros de mercurio (mm Hg), la misma unidad de medida utilizada por los barómetros que miden condiciones climáticas. Generalmente, la presión ocular se considera normal cuando es menor que 21 mm Hg. Sin embargo, puede variar entre 12 y 22 mm Hg.

La presión ocular que supere los 22 mm Hg se considera superior a la normal. Cuando la PIO es superior a los valores normales pero la persona no muestra signos de glaucoma, esto se denomina hipertensión ocular.

Es importante recalcar que la presión ocular elevada por sí sola no provoca glaucoma. Sin embargo, es un importante factor de riesgo. Los individuos que hayan recibido un diagnóstico de presión ocular elevada deben someterse a exámenes oculares integrales y periódicos realizados por un oftalmólogo profesional a fin de controlar la presencia de signos que indiquen la aparición de glaucoma.

Fotografía: Hospital Virgen del Mar

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