Aunque la retinopatía diabética puede no presentar síntomas en sus etapas iniciales y evolucionar durante años sin que el paciente se percate de ello, cuando el mal se agrava pueden presentarse la alteración de la visión y la observación de imágenes desenfocadas.

El diagnóstico preciso de la retinopatía diabética solo puede realizarse mediante el estudio de fondo de ojo y agudeza visual, practicado por el oftalmólogo, quien deberá ejercer un seguimiento especializado para tratar el mal.

Para prevenir y evitar la ceguera causada por la retinopatía diabética es necesario que el paciente realice un adecuado control de la glucemia y un revisión oftalmológica cada año a partir del diagnóstico de la diabetes.

También se recomienda a los pacientes diabéticos evitar el consumo de tabaco y de alcohol, controlar la hipertensión arterial y los niveles de colesterol, realizar ejercicios, alimentarse adecuadamente y practicar buenos hábitos de higiene visual.

Fuente: Andina

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