Según la Academia Americana de Oftalmología, los problemas que afectan a la visión como la miopía o la hipermetropía afectan a más del 20 por ciento de los niños en edad escolar. Este porcentaje significa que uno de cada cuatro escolares sufre algún problema visual. Por este motivo, es muy importante que los niños tengan su visión controlada por su pediatra y sean examinados por un experto en oftalmología a los tres años de edad para identificar posibles problemas visuales, que pudieran perjudicar su desarrollo académico.

Dificultades visuales
Si tu hijo presenta dolor de cabeza al salir de la escuela, tiene ojos irritados al hacer sus tareas escolares o frunce el ceño cuando va a leer, probablemente se deba a una dificultad en la visión. Los principales problemas refractivos de los niños son la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo. Otros como el estrabismo, que se caracteriza por los ojos cruzados; la ambliopía conocida como ojo vago o perezoso y la ptosis que da lugar a la caída de los párpados superiores, tienen una incidencia menor entre los pequeños estudiantes.

El cuidado de los ojos en los niños también incluye protegerlos de los efectos de los rayos UV emitidos por el sol.

Niños y bebés míopes
Los niños que sufren miopía se caracterizan por no ver correctamente los objetos o personas que se encuentran lejos. Para ver mejor, estos niños suelen apretar los ojos para enfocar los objetos distantes. Los niños que aún no usan gafas pueden parecer más tímidos o despistados, y prefieren actividades como la lectura, la pintura o las manualidadesescritura, como es el caso de la dislexia, ya que muchos niños, por no conseguir ver bien, pueden cambiar, al copiar de una pizarra, letras como la p con la q, o la d con la b. En esos casos, lo mejor es consultar a un oftalmólogo, lo antes posible.

Hipermetropía en niños y bebés
La hipermetropía es justo lo contrario de la miopía. Los afectados de hipermetropía tienen una percepción borrosa de los objetos cercanos y ven mejor de lejos. Es habitual que los niños, al forzar la vista, presenten dolor de ojos o de cabeza, lagrimeo y parpadeo frecuente. Generalmente, prefieren jugar al aire libre.

El astigmatismo en niños y bebés
El astigmatismo distorsiona la forma de los objetos y quien lo padece percibe una visión deformada de las cosas, tanto de lejos como de cerca. Suele estar asociado a la miopía o a la hipermetropía, presentando síntomas de ambas patologías.

Ambliopía u ojo vago en niños y bebés
La ambliopía u ojo vago afecta a cuatro de cada cien niños en España. Consiste en la pérdida parcial de la visión en uno o en los dos ojos de un niño, que no puede ser corregida con lentes. El diagnóstico debe ser precoz, ya que se puede tratar con éxito antes de los 7 años. Si no se diagnostica antes de esa edad, las consecuencias pueden derivar en una pérdida de visión del ojo afectado, dado que éste no se desarrolla adecuadamente y, poco a poco, va dejando de trabajar y de estimularse, con lo que acaba perdiendo capacidad de visión. Esta patología ocular se presenta en la edad infantil, por lo que su detección precoz es fundamental para un tratamiento adecuado.

Estrabismo en niños y bebés
El estrabismo es una pérdida de paralelismo de los ojos. Como consecuencia, cada uno mira en una dirección diferente. Este defecto ocular supone un problema grave para el sistema visual y debe ser evaluado inmediatamente por un especialista.

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